Una de las estrategias comerciales mas antiguas que existen es el Networking, tal vez no con ese termino que se ha popularizado en los últimos años, pero de nuevo no tiene nada, vaya hasta en la biblia hay varios ejemplos, creo que el más popular fue la red que Jesús construyó a partir de sus doce colaboradores.
Desde hace milenios, los comerciantes, artesanos y líderes tribales dependían de sus relaciones para sobrevivir y prosperar. Las alianzas, matrimonios estratégicos, pactos comerciales y redes de intercambio eran formas tempranas de networking. Incluso en culturas antiguas como la egipcia, la griega o la china, el capital social era tan valioso como el capital económico. A veces, más.
Sin embargo los seres humanos tenemos una capacidad impresionante de ignorar lo que nos beneficia, veamos por ejemplo el caso de Trump, en su mundo de caramelo las relaciones con otros pueblos no son una estrategia, sino una concesión. El networking, para él, parece una debilidad ajena, no una herramienta de poder.
El problema es que hoy, cuando decimos “networking”, muchos piensan en alguien de traje casual y sonrisa de LinkedIn, coleccionando contactos como si fueran estampitas. Y claro, en ese escenario, parece una práctica exclusiva de los que venden algo. O peor tantito para intentar que alguien se convierta en tu vendedor, como el caso que te voy a contar.
Hace un par de meses me buscó un amigo de la infancia. De esos que no ves en años, pero te cae bien porque compartieron balones, risas y uno que otro regaño. Me mandó un mensaje por redes y me soltó que quería hablar conmigo, que traía una propuesta que me podía dejar “mucho dinero”.
Por cortesía (y por nostalgia, la neta) le tomé la llamada. Resulta que entre sus múltiples reinvenciones laborales había pasado por el mundo de los bancos y ahora ofrecía créditos. Lo que me proponía era sencillo: “No sé qué haces, pero veo que andas en muchas empresas, y las empresas necesitan créditos. Si les vendes mis créditos, te doy la mitad de mi comisión”.
Boom. Así, sin anestesia.
Y no es que me ofenda que alguien quiera ganarse la vida. Todos estamos buscando cómo llevar el pan y la sal a la mesa. Pero esa lógica de “úsame para llegar a los tuyos” me recordó la estrategia de Trump: relaciones sin relación, tratos sin trato. Creer que una red es solo una lista de contactos a los que puedes explotar mientras les dices “bro”.
El problema no es querer ganar. El problema es reducir el valor de una relación a lo que puedes sacarle. Cuando haces eso, ya no estás tejiendo redes: estás cavando pozos… en otros patios.
Moraleja: el networking no es una máquina de dinero rápido. Es una red de confianza que se construye a fuego lento. Si te acercas solo a cobrar, no te quejes si después nadie te contesta.
¿Entonces que es…?
El networking es para abrir conversaciones. Para encontrar ideas que te faltan, atajos que no sabías que existían, personas que te cuestionan justo donde lo necesitas. Un buen líder no construye redes para vender más, sino para pensar mejor. Un profesionista que solo se rodea de su especialidad, se aísla; quien conversa con otros mundos, evoluciona.
En el fondo, el networking es un acto de humildad: reconocer que no podemos solos. Que necesitamos otros ojos, otras historias, otras manos.
El buen networking no huele a vendedor desesperado. No necesita tarjeta de presentación con logotipo brillante; vaya, ni siquiera necesitas memorizarte y practicar el perfecto “Elevator pitch”. Empieza con algo mucho más básico: interés genuino.
Así de simple. Escuchar sin estar preparando tu siguiente frase. Preguntar sin disfrazar la intención de vender. Porque se nota, y huele. Y la mayoría ya está curada de espantos.
Tampoco se trata de publicar tu catálogo. Se trata de mostrar el camino. Compartir lo que estás viviendo, lo que estás aprendiendo, incluso lo que estás dudando. Porque eso conecta. Nadie se acuerda del que siempre parece tener todo resuelto. Pero sí del que está en movimiento, del que se atreve a pensar en voz alta.
Y luego está la regla no escrita: ayuda primero. No por estrategia, sino por principio. Si conoces a alguien que le puede servir a otra persona, preséntalos. Si alguien está tropezando con algo que tú ya pasaste, échale un poco de luz. Te prometo que no se te va a caer el ego por ser útil. Al contrario, ahí es donde empieza la red de verdad.
También hay que tener claro esto: si siempre eres el más listo del cuarto, estás en el cuarto equivocado. Rodéate de gente que te incomode tantito, que te saque de lo que ya dominas. El buen networking no es solo cantidad de contactos. Es calidad de conversaciones. Y esas no nacen en los mismos círculos de siempre.
Y por último, no seas el intenso que aparece solo cuando necesita algo. Cuida el ritmo. A veces basta con un mensaje al mes, un “¿cómo vas?” sincero. La conexión real no se alimenta con bombardeo, sino con presencia oportuna.
Porque al final, esto no va de hacer networking. Va de cultivar relaciones. Y eso, como todo lo importante, toma tiempo. Pero cuando menos lo esperas, esa red que sembraste sin agenda… te sostiene. Y aveces hasta te salva
¡Hasta la próxima!
¿Te gustó esta reflexión?
A partir de junio, las Reflexiones de un Cuarentón estarán disponible para todos, sin muro de pago (incluso las anteriores a esta publicación) esto es a petición de algunos de mis lectores (y por andar de preguntón).
Si algo de lo que aquí comparto te ha servido, movido o acompañado, puedes hacer un aporte voluntario.
Sabemos que cada quien valora de forma distinta… y tu aportación refleja el valor que estas reflexiones tienen para ti. Así que pongo a tu disposición un par de formas de apoyar este newsletter.
☕ Invítame un café con Stripe
💳 O una dona glaseada con PayPal
También puedes apoyar con un aporte periódico (en el botón de suscripción), si te hace sentido sostener este espacio de manera constante.
Gracias por hacerlo posible.
Gracias a quienes directamente me han contactado por este artículo, significan mucho sus palabras, sus palabras son las que motivan a seguir escribiendo semana a semana 📇.
Es mi primer artículo que brinca las 3,000 views en menos de 3 días 🤯